Diners conversó con cinco expertos en viajes,
quienes nos dieron destinos que son desconocidos para la mayoría de
colombianos. ¿Usted qué opina?
¿Cuáles son, para usted, los cinco
lugares más bellos de Colombia? Cada lector tendrá, probablemente, una lista
distinta. Pero hay que advertir, antes que todo, que no nos referimos a
ciudades o pueblos de fácil acceso y trajinados por el turismo, sino a sitios
un poco desconocidos, o muy desconocidos, acaso exóticos, que abundan a lo
largo y ancho de nuestra geografía y que, a pesar de ser hermosos, casi nadie
visita.
Le formulamos la pregunta a cinco
personajes que han recorrido la patria palmo a palmo. La selección no les
resultó fácil, desde luego por exceso y no por sustracción de materia.
Selvas, desiertos, montañas coronadas
de nieve, playas de arenas blancas y de olas furiosas o mansas, dos mares
ciñendo sus costados, lagunas, ciénagas, ríos caudalosos, una gigantesca
llanura, mesetas y valles de múltiples colores, todo esto, y aun mucho más,
forma paisajes en los que la naturaleza parece haber dejado su mejor obra. Si
se mira desde otro ángulo, el desconocimiento de ese territorio escondido no es
una desventaja sino una ventaja. Pues así, a Colombia, como a pocos países, todavía
se la puede ir descubriendo en los rincones extraviados de su extenso mapa.
Agregado a esto el hecho de sus
contrastes topográficos y climáticos, se nos ofrece a la vista un panorama
prodigioso de lugares espléndidos. Pero se necesita, para disfrutarlo, ser un
verdadero andariego y poseer la sensibilidad suficiente para deslumbrarse sólo
por el arte de la naturaleza.
Estas cualidades las reúne los cinco
personajes que aceptaron hacer su lista para los lectores de Diners. Son ellos
Guillermo Alberto González Mosquera, Germán Castro Caycedo, Andrés Hurtado
García, Alvaro Baquero Calderón y Mauricio Obregón. Aunque de profesiones y
oficios disímiles, se identifican entre sí por su obsesión límite de conocer
todo el país.
Ellos han viajado por Colombia como
pocos lo han hecho, y han puesto sus pies en puntos desapercibidos para los
demás. Aquí están, pues, los cinco lugares predilectos de estos cinco
colombianos: en total, más de veinte parajes para deleitar la vista.
ANDRÉS HURTADO GARCÍA, Educador, fotógrafo, licenciado en letras, alpinista, dueño de 500.000
fotografías, tomadas por él, de distintos lugares de Colombia. Dice que este
país es el más bello del mundo, y que toma fotos de Colombia por una urgencia
de dejar testimonio de la Colombia que se está destruyendo.
1. Caño Cristales
Es, además, «el río más bello del
mundo», dice Hurtado. Sus aguas transparentes son de cinco colores: rojo,
amarillo, verde, azul y negro. Este caño se desprende hacia el sur- este de la
Macarena y corre hacia el río Guayabero. Para llegar al mismo se debe viajar en
avión desde Villavicencio hasta el pueblo de La Macarena. Se desciende por el
río Guayabero durante 20 minutos hasta La Cachivera, y luego se camina durante
dos horas por la sabana.
2. Raudal de Jirijirimos
Fue escogido en Estados Unidos, por
una editorial, como el paisaje más bello del planeta. Pertenece al río Apaporis
y se halla en el límite entre Vaupés y la comisaría del Amazonas. Para
localizar este sitio hay que salir, también, de la capital del Meta hacia Paco,
en carro, y luego se desciende durante dos horas en lancha.
3. Pico La Reina
Con sus 5.600 metros de altura, es el
segundo pico de la Sierra Nevada de Santa Marta. Pertenece al Macizo Central de
la misma Sierra. Para alcanzar este lugar se sale de Valledupar por Pueblo
Bello y Nabusimake, o por Atanquez.
4. Islas del río Caquetá
Las islas de este río parecen
diseñadas adrede. Unas se encuentran descendiendo el río Caquetá, desde el
raudal de Araracuara. Hallarlas es trabajo de varias horas: viajar en avión a
la Araracuara, y luego en lancha.
5. Paisajes campestres de Nariño
Este departamento ofrece los más
bellos paisajes campestres del país. Se ubican saliendo de Ipiales; a 300
metros del batallón Grupo Cabal hay una bomba de gasolina que da a un barranco,
y mirando hacia el sur aparece la majestuosidad del campo nariñense. Allí, por
si fuera poco, está el río Carchi.
GUILLERMO ALBERTO GONZÁLEZ
Senador, exdirector nacional de
Acción Comunal y exgerente de la Caja Agraria, en cuyas actividades viajó por
más de 800 municipios y por lugares extraviados de las zonas urbanas. Afirma
que el país no está en las áreas «plastificadas» sino en los sitios de respeto
a la naturaleza, y que tiene la fortuna de que la vida ha sido generosa con él
porque le ha dado oportunidad de conocer a toda Colombia. Su lista de los cinco
lugares más bellos, diferentes de los de gran afluencia turística son los
siguientes:
6. Las salinas de Manaure, La Guajira
Cuando ocurre la deshidratación, en
piscinas de escasa profundidad, el ambiente se impregna de un impresionante
color, que va del ocre al blanco purísimo de la sal, frente a un mar azul y
verde al cual penetran lengüetas también verdes, convertidas en pequeñas
penínsulas pobladas de flamingos. Las aves se alinean de manera uniforme,
conservando un inesperado orden cromático que va del rosado intenso al más
tenue, mientras la brisa caribeña infla con espectacularidad las mantas
multicolores de las indígenas guajiras. Además, el viaje es fácil desde
Riohacha.
7. Ensenada de Utría, Chocó
En este lugar, el Océano Pacífico
forma playas uniformes de infinita longitud. Al fondo, enmarcándola, el verde
profundo de la vegetación, con árboles inmensos. Es la selva junto al mar, que
se le enlaza con encajes de espuma. No hay construcciones que alteren el
paisaje. Hay que llegar a Bahía Solano -por avión y de allí en lancha hasta la
ensenada.
8. El Valle del Cauca
Pero visto desde la Hacienda El
Paraíso, la misma que inmortalizó Jorge Isaac en María. Desde este sitio se
observa el paisaje ilímite del Valle del Cauca, enmarcado en lontananza con las
cortinas de la cordillera. Palmeras y otros grandes árboles a los pies, y el
mar verde de los cañaduzales como una gran alfombra, y siempre las bandadas de
garzas blancas cruzando el cielo azul, que por la tarde se puebla de arreboles.
Carretera de Palmira a Buga, 12 kilómetros antes de la población de Ginebra.
9. La Meseta de Túquerres, Nariño
Con más de 2.700 metros sobre el
nivel del mar, es una gran colcha de retazos formada por los distintos tonos de
los trigales, los potreros pequeños, los cultivos de cereales y los maizales:
amarillos y verdes en cuadrículas regulares, que se pueden ver por la carretera
de Pasto a Túquerres. También se observan ranchos de paja humeando hacia el
cielo, rebaños de ovejas cuidados por indígenas laboriosos y taciturnos, y al
fondo del paisaje, los volcanes nevados de Cumbal y Azufral.
10. Isla de Providencia
¿Por qué? Por su mar de siete
colores, con los verdes profundos y los azules clarísimos. Por las pequeñas
ensenadas, que de repente se nos aparecen albergando las casas de madera con
sus construcciones típicas. En fin, por toda la belleza del Caribe y la
tradición anglo-africana conjugadas allí.
ÁLVARO BAQUERO CALDERÓN
Piloto con más de 40 años de
experiencia, de ellos 29 en la Fuerza Aérea colombiana. Exdirector de la
aeronáutica civil, fundador de Satena, creador de escuelas de aviación,
Coordinador para Colombia de la transmisión sobre la llegada del hombre a la
Luna, asegura que es difícil escoger los cinco sitios más hermosos de Colombia
porque, «aunque no se trata de prejuicio patriótico, este país es muy hermoso».
11. Ensenadas de la Sierra Nevada
A partir de la bahía de Taganga, a
quince minutos de Santa Marta, comienza una sucesión de entradas del mar al
continente, de una belleza espectacular. Bahía Concha, Neguanje, Playa Blanca,
el parque Tayrona, en fin, «el lugar más bello de Colombia, por no decir del
mundo entero». Y con esta particularidad: en un trayecto muy corto se pasa de
temperaturas bajo cero a más de 35 grados, o sea, donde cae la Sierra al mar.
12. Isla del Deseo, Chocó
Al frente de Cabo Tiburón, en el
Océano Atlántico, se encuentra esta isla, de no más de una fanegada. Se llega a
ella caminando, con un mar suave que no pasa de la cintura, y por un trayecto
de unas seis cuadras. Corales, cocoteros, aves, paz, tranquilidad, brisa suave,
aromas desconocidos, es lo que se encuentra allí. «Ciertamente, este lugar es
la materialización de la paz. Mire, las langostas se pueden agarrar con la
mano. Además las playas son muy hermosas». Por lancha, desde Acandí, se hace
este viaje.
13. Cabo Marzo, Chocó
Son playas con aguas muy cristalinas,
algo raro en el Pacífico. El paisaje submarino es precioso, y le muestran a uno
un mundo multicolor y viviente, con millares de peces que se le cruzan a uno
por entre las piernas. Las playas son verdaderamente paradisíacas, y el agua
dulce brota por cualquier parte. La ruta más fácil es llegar a Bahía Solano en
avión, y allí tomar una lancha.
14. Represa de Betania, Huila
Aunque es artificial, se trata de un
sitio sorprendentemente encantador y espectacular: en unas 7.500 hectáreas que
debe tener este lago, aparece en la mitad una serranía que en su trayecto
irregular va formando ensenadas e islotes. Se trata, sin duda, de un paisaje
con una topografía nueva «que provoca en uno una emoción estética especial».
Está a 28 kilómetros de Neiva por la vía El Hobo o Yaguará.
15. Los esteros de los Llanos
Orientales
Son esos «oasis» que aparecen de
trecho en trecho a lo largo del paisaje llanero. Estas «matas de monte», como
llaman a los esteros en esta región, son un verdadero conjunto botánico: palmas
en las que anidan aves, y agua para refugio de animales como el venado y el
chigüiro. Algo sin par en el continente.
GERMÁN CASTRO CAYCEDO
Periodista ciento por ciento. También
reportero ciento por ciento. Razón por la cual, antes de escribir una crónica o
de presentar un programa de televisión va al sitio donde se origina el hecho, y
así ha conocido el país. Descubrió para el turismo la belleza de Acandí y
Moñitos, por ejemplo. No sólo contempla todo a su alrededor, sino que se mete
en el alma de la gente para conocer mejor los lugares a donde viaja. Esta es su
selección:
16. Bahía Honda, La Guajira
Un paisaje espectacular, con otras
bahías más, sitiadas por ese mar violento que es el Caribe, que rompe allí con
ocho colores verdes es un «degradé» insospechado, y en olas de tres y cuatro
metros cuando no hay tempestad. Y el desierto, que es bellísimo porque no es
igual a los demás: por un lado sus arenas de color ladrillo sin vegetación, y
por otro la vegetación de los trupillos y el dividivi. Y luego los acantilados
y las colinas que caen al Caribe, cortándolo. Se siente ese contraste entre
estas colinas rocosas, sin vegetación, y la vida del mar. Es como ese paisaje
que nos imaginamos de Marte. Se palpa la violencia del medio. Y es un placer
saborearla, sentir que es hermosa. Se llega allá, saliendo de Riohacha por
caminos polvorientos y transitando durante casi un día en campero.
17.Ensenada de Utría
Vamos por el Pacífico, que en
Colombia es gris oscuro, con frecuentes chubascos y brisa permanente. De
repente, los acantilados y la selva se rompen en una puerta de roca roja por
donde se vislumbra un lago tranquilo, sereno, pero al mismo tiempo alegre de
vida. Enmarcado por colinas tapizadas de vibrante vegetación, con el verde
también de la vida, y por donde se descuelgan diez fuentes de agua. Y agréguele
a esto el coro de millares de aves que anidan en el bosque. La ensenada es como
cuatro veces la Plaza de Bolívar de Bogotá, pero allí se refugia toda la fauna
marina: langostas, tortugas, atunes, pargos, y a la mano hay por lo menos 50
clases de frutas, y el árbol del pan, y las siete clases de hierbas para todos
los males…
18. Golfo de Urabá
Costado occidental del Chocó: entre
Cabo Tiburón y Acandí hay dos bahías, protegidas de los vientos y las mareas, y
donde el sobrecogedor silencio se quiebra por truenos, que no son otra cosa que
las olas al romper en la playa. La costa es plana y está enmarcada por la selva
chocoana que no es aquí pantanosa y tupida. Se puede pasear entre orquídeas y
otras flores que forman nichos, separados entre sí por chorros de aguas
cristalinas. Esto es un monumental jardín, que el hombre jamás podrá plantar.
Allí como en pocos lugares del país, se puede admirar una naturaleza intacta.
Se llega en avión a Acandí, y de allí se continúa en lancha hasta las dos
bahías.
19. Región del Capanaparo o Caño
Negro
Está situada al nororiente de Arauca.
Se debe ir en abril, cuando llegan las primeras lluvias. Entonces se humedece
la tierra y aparecer los fuegos fatuos, o «bola’ e fuego», como le dicen por
allá. El firmamento se pone más limpio, y brilla mejor el lucero «Becerrero» o
«Cruz de Mayo», brújula del Llano. También es cuando comienza el trabajo de
mano, o sea sacar el ganado a engordar, y se ven grupos de 50 vaqueros con su
sombrero «pelo’ e guama» y el pantalón arremangado dedicados a marcar, capar,
colear y torear. Es, asimismo, la época en que se forman los esteros y aparecen
copos rosados o blancos en los árboles: son las garzas, que van a dormir allí.
Y también aparece el espíritu errante de una mujer bella que lleva las
«asaduras» por fuera. Porque también es la época de las historias… Hay que ir
en avioneta o a caballo desde Arauca.
20. Pueblo Viejo, Boyacá
A nueve horas de Socha, en mula, y
luego de atravesar el Páramo de Pisba, a unos 300 metros abajo se encuentra
este bosque encantado: lagos encerrados por la selva, pero una selva cubierta
de una capa de enredaderas, a la vez que la superficie de los lagos es acolchonada
por millones y millones de lotos. El camino para llegar a este pueblo está
hundido, de tal manera que queda encajonado entre los cerros, cuyas paredes
están tapizadas por los helechos y los musgos. A lo largo del camino se
tropieza uno con palos, piedras, portones viejos cubiertos de por lo menos seis
colores de musgos y diez de algas. Todo, forrado también por gotas de agua,
porque esto es una gran fábrica de agua. A partir de las tres de la tarde, la
neblina comienza a cubrir este lugar, en medio del bullicio de ranas y pájaros.
El pueblo son tres casas, del último arriero, Simón Torres, y sus dos hijos, y
las 20 mulas de los tres.
MAURICIO OBREGÓN
Ingeniero aeronáutico, catedrático de
Historia de los Descubrimientos en Harvard y Los Andes, en donde fue rector, y
navegante por excelencia. Por estos días andaba en una carabela viajando como
Colón, desde Puerto de Palos a las Islas Canarias, y diciéndoles a sus
compañeros que él es el hombre más feliz sobre la Tierra porque tiene una
casita en Santa Marta, en donde no hay luz y puede oír el rugido «del mar más
bello del mundo, el Caribe».
21. El Llano
«Cualquier parte del Llano es bella,
porque embruja. Uno monta un caballo y se va por la inmensidad. Llega la tarde,
se acuesta en una hamaca o se va de cacería o escucha su música, o la historia
de sus gentes, y poco a poco, sin darse cuenta, se va amañando, hasta el punto
de no querer salir de allí».
22. Sabana de Bogotá
«Es un milagro de frescura en mitad
del trópico. El problema es que no se la coma Bogotá, como lo hizo Ciudad de
México con el valle en donde estaba asentada. Hay que evitar esto, que la
ciudad se desparrame por la Sabana».
23. El Darién chocoano
Comprobé que Colón llegó a Sapzurro,
y da la casualidad de que esta es también una pequeña ensenada, protegida por
un cercado bellísimo de vegetación. Ahora hay vuelos periódicos a este lugar».
24. El río Amazonas
«En cualquier lugar de su orilla
colombiana, yo siento que las nubes vienen de muy lejos y que estoy en el centro
de un enorme continente, como es Suramérica, mejor dicho en la carne de la
chuleta, porque esta región tiene forma de chuleta Y al mismo tiempo estoy en
alta mar: porque el Amazonas es un mar”
25. El Mar Caribe de Cartagena y
Santa Marta
«Dios sólo creó tres mares a la
escala humana, el Mediterráneo, el de Filipinas y el Caribe. Mares que uno los
puede admirar porque no tienen las dimensiones de un océano. Digo que el Caribe
visto desde Cartagena porque desde este balcón que forman las murallas y la
parte colonial, sentado así en el balcón de la historia, uno puede ver y
admirar el sitio donde ocurrió uno de los capítulos más fascinantes de nuestra
vida pasada. Es un absoluto deleite. Y esto mismo ocurre en Santa Marta».
Revista diners (2019). Los 25 lugares más bellos de Colombia (Articulo). Recuperado de https://revistadiners.com.co/viajes/67085_los-25-lugares-mas-bellos-de-colombia/


























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